Como lo expuse en la primera publicación de este blog (“Confesiones de un inútil" - marzo de 2013) las obras por pedido dentro del ámbito de las artes plásticas han sido en el transcurso del siglo XX y en lo que va del siglo XXI, una rarísima excepción.
Las razones que han llevado a la ruptura de la obra por pedido, una práctica tan natural en la historia del arte, anterior al siglo XX son sin duda vastísimas y probablemente inabarcables.
En la primera publicación de este blog, que ya he mencionado, apuesto a una posible razón de esta escisión entre el artista y su natural inserción social, sin embargo, si bien visualizo el problema no encuentro una posible solución para revertir esta situación y es probable que ya no la haya.
Dentro de este panorama de destierro social que padece el artista, como dije antes, hay rarísimas excepciones, el proyecto Hotel Estancia Vik ha sido una de ellas.
A finales del año 2007 fui convocado por Enrique Badaró para la decoración de una de las doce suites de dicho hotel.
Los otros artistas que participaron en la decoración de las otras suites y de los espacios interiores y exteriores del hotel fueron: Carlos Musso, Carlos Seveso, Carlos Barea, Alejandro Turell, José Trujillo, Lacy Duarte, Eduardo Cardozo, Marcelo Legrand, Enrique Badaró, José Pelayo, Roberto Piriz, Clever Lara, Pablo Atchugarry y Ricardo Pascale.
El proyecto de realización estuvo a cargo del arquitecto Marcelo Daglio y evocaba un tradicional casco de estancia aunado a una sofisticada arquitectura contemporánea. El lugar de emplazamiento fue la zona rural del balneario José Ignacio frente a la laguna del mismo nombre.
Por ese entonces el proyecto estaba en su etapa inicial y solo estaban construidos los pilares del futuro edificio, la inauguración del mismo estaba planeada para diciembre de 2008.
La propuesta para la decoración de las suites fue que los trabajos realizados estuvieran en función del espacio asignado y que estuvieran vinculados por un nexo conceptual.
En enero de 2008 recibí los planos de la estancia y el de la habitación que me había sido asignada, esto implicaba cierta dificultad ya que no era posible acceder al espacio real, el cual como dije antes no estaba aún construido y exigía un ejercicio bastante complejo para imaginar la espacialidad y la luz de la habitación que debería tener una íntima relación con los trabajos realizados.
Después de realizar una pequeña maqueta y ver la relación del área de la habitación con la altura de las paredes y las aberturas, comencé a realizar bocetos para determinar el tamaño de las obras y el nexo conceptual que las vincularía.
En las primeras reuniones que tuve con Enrique Badaró y el arquitecto Marcelo Daglio ambos insistían en que cada habitación debía tener un espíritu particular, dado por las obras en su conjunto, por el color de las paredes y el mobiliario que debía ser elegido por el artista.
Después de dedicar algunos días a los bocetos decidí que el tema elegído, el elemento unificador sería las horas del día, percibidas en los cambios visuales e inevitablemente anímicos.
El espacio en el que se inscribirían las obras estaba concebido para el solaz, para el sosiego, por lo tanto las obras no deberían tener un carácter imperante o agresivo ni en su temática ni en su ejecución.
La resultante fueron un políptico de 1.50 X 6.30 mts. compuesto por cuatro paneles y ubicado en la pared norte, el mismo recreaba un paisaje cercano a la Estancia en dónde cada panel expresaba cuatro momentos del día: amanecer, mediodía, atardecer y noche.
La pared oeste tendría un políptico escalonado con módulos de 0.50 X 0.50 mts. cuyo desarrollo total sería de 2.50 mts. compuesto por imágenes de flora y fauna uruguaya.
En la pared sur iría un cielo de 1.60 X 2.60 mts. y en el encuentro de la pared sur con la este, sobre la estufa de la habitación, una escultura en bajorrelieve de una figura dormida de 1.50 X 1.00 mts.
Para el techo pinté un pequeño retrato en forma de tondo de unos 0.40 mts. de diámetro que se inscribiría en el centro de un vidrio de 1.50 mts. de diámetro el cual estaría grabado con un diseño ornamental que aludía a una rosa de los vientos, la idea era que el retrato estuviera iluminado en toda su circunferencia y que la luz al atravesar el vidrio proyectara el diseño ornamental sobre la habitación. Este último trabajo no se concretó por dificultades técnicas según se me explicó y el retrato central terminó colgado frente a la bañera, sin duda una infeliz solución.
El proyecto Vik (nombre de su propietario Alexander Vik) fue como toda obra ambiciosa y de profunda complejidad un proyecto inconcluso. Destacaría dos hechos que a mi entender eran de gran relevancia cultural. El primero un libro que escribiría Hugo Atchugar sobre las obras realizadas y una crónica histórica del lugar en donde se construyó el hotel, y el segundo, un documental sobre el proceso de realización de dicho hotel con entrevistas a quienes lo idearon, lo construyeron y lo decoraron, este documental fue filmado por Álvaro Zinno en su totalidad, faltando sólo su edición.
No obstante, el proyecto Vik, a pesar de estas omisiones y otras tantas que seguro desconozco, fue un logro enorme que nucleó arquitectos, albañiles, herreros, carpinteros, electricístas, dibujantes, pintores, escultores, escritores y fotógrafos, una pequeña Babel de cuyo caos surgió, más que un hotel, un hecho cultural aún no dimensionado.
Resulta curioso y penoso que el mismo haya pasado sin pena ni gloria. No hubo ni una sola crónica por parte de la crítica y solo merecíó alguna banal nota en revistas consagradas a encuentros sociales poniendo énfasis en su importancia turística.
En lo personal haber participado de este proyecto junto a artistas que tanto respeto y admiro me ha honrado y dejado más que satisfecho y si bien me preguntara, como habitualmente lo hago, sí hoy hubiera resuelto mi trabajo de otra forma, la respuesta sería sí, pero me gratifica y tranquiliza saber que realicé mi trabajo respondiendo fielmente a las convicciones de ese momento, pero eso ya es otra historia.
A continuación publico algunas imágenes que muestran el proceso de trabajo personal y de mis compañeros de ruta.
Las siguientes imágenes muestran el proceso del proyecto “Las Horas"
Maqueta de la pared norte
Maqueta de la pared sur
Maqueta de la pared oeste
Estudio para el plafón del techo
Proceso de bajorrelieve para la pared este
Proceso de bajorrelieve para la pared este
Boceto para bajorrelieve
Boceto para bajorrelieve
Boceto para bajorrelieve
Comienzo del políptico de la pared norte
Comienzo del políptico de la pared norte
Proceso del políptico de la pared norte
Políptico de la pared norte terminado
Proceso de pintura de la pared sur
Detalle de pintura de la pared sur
Fragmento de la habitación terminada
Las siguientes imágenes muestran los trabajos de los artistas que trabajaron en el proyecto Vik. La ausencia de algunos no obedece a un juicio de valor sino a la falta de un relevamiento fotográfico completo de dicho proyecto.
Carlos Musso
Carlos Barea
Enrique Badaró
José Pelayo
Clever Lara
Lacy Duarte
Marcelo Legrand
Vídeos sobre Hotel Estancia Vik